Cataratas de hermosas y cristalinas cascadas, conocidas como Ahuashiyacu "Agua Cantarina" o "Agua que ríe" y que se hallan enclavadas en lo que anteriormente fuera territorio de los motilones. Según cuentan los curanderos y brujos, el agua que corre cristalina y juguetona por entre el espeso follaje, no es otra cosa más que los retozos juveniles de las más bella y codiciada hija de cacique que haya nacido bajo el exuberante follaje de la región. Celoso de la belleza de la joven AHUSI, su padre, un fiero cacique sospechaba que sus jóvenes súbditos y algunos de otras tribus vecinas, codiciaban a la bella muchacha para desposarla, cosa que no es muy de su agrado por lo que decidió conversar con uno de los brujos de la tribu y conjurar el peligro.
No quería el celoso padre, que su hija muriera, sino que siempre estuviese a su lado, pero que nadie más pudiera gozar del esplendor e ingenuidad de la doncella. Para ello nada era mejor que convertirla en agua, agua que calmara su sed tras la fatiga y tranquilizase su cuerpo luego de las constantes escaramuzas que sostenía con sus no menos fieros vecinos. Sin embargo el brujo, si bien accedio al pedido del cacique, decidió que su encantamiento no privaria a los demás de la alegria y belleza sin par de la joven por lo que decidió convertirla en una bella caída de agua. Y surgió así AHUASHIYACU, lugar de encuentro de los jóvenes enamorados y paso obligado de los visitantes.
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